Buñuel verano de 1936

La media noche del 26 de agosto de 1936, cuarenta vecinos, en cuarenta minutos, cargaron en una camioneta que recorrió el pueblo de punta a punto a veintiséis inocentes para matarlos.

En unas horas, a tres los fusilaron en la pared del cementerio, a cuatro los abatieron dejándolos huir campo a través. Eran los que no cupieron en la camioneta. A siete los asesinaron en las paredes del cementerio de Frescano y al resto los mataron por los campos secos de Magallon.

Hoy, 80 años después, medio centenar de personas hemos recorrido las casas de los asesinados de la mano de Pedro Frances. Aunque había permiso para recorrer la calzada, algún vecino del pueblo, descendiente de los asesinos, casi atropella a la gente congregada. El histórico anarquista Lucio Uturbia ha sufrido un corte en la mano. Uno de los asesinos, homenajeado en el pueblo con su nombre en una plaza, fue luego nombrado maestro de Buñuel y fue el responsable de la educación de gran parte de la gente que se crio allí.