9 años la impunidad. Tarajal gogoan.

Atala: Últimas Coberturas

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La madrugada del 6 de febrero de 2014 alrededor de 90 personas intentaban llegar a nado a la playa de Tarajal, en Ceuta, perseguidas por una patrullera marroquí. Mientras se acercaban a la costa, agentes de la guardia civil impedían su llegada, en un ejercicio de Racismo Institucional, abatiendo con disparos de material antidisturbios a quienes ejercían su legítimo derecho a migrar. Dispararon alrededor de unas 150 balas de goma y 5 botes de humo, según los datos que aportaron desde secretaria de Estado. Murieron 14 personas, dos nunca fueron identificadas y 23 fueron devueltas sin ningún procedimiento a Marruecos.

Estos hechos nunca fueron reparados, se trató más bien, de un aviso de lo que suponen las Políticas Migratorias que abanderan el modelo de desarrollo europeo y se convirtió en la justificación de tantas otras madrugadas de violencia institucional y de muerte en esos espacios fronterizos en los que los derechos están premeditadamente en suspenso. Hasta junio de 2022 al menos 3231 personas ya habían perdido la vida en su intento de llegar a Europa, la mayoría en la ruta atlántica hacia las Islas Canarias y un número indeterminado había muerto en el tránsito hacia estas fronteras.
Hoy viene a nuestra memoria lo sucedido en Melilla el pasado 24 de junio, una prueba más del escenario de muerte de las fronteras europeas externalizadas, recordemos el papel de la Fiscalía española en este caso, que archivó la causa al no ver indicios ni de posibles delitos de homicidio imprudente ni de omisión del deber de socorro, y considerar legales los 470 rechazos en frontera cuestionados. También queremos sumarnos hoy a la denuncia del caso de Moussa, que fue encontrado muerto el pasado 26 de enero después de haber sido expulsado del CETI de Ceuta, después de que el estado decidiese dejarle sin acceso a techo ni alimentos como medida disciplinaria.
De nada parecen servir los informes de organismos internacionales y estatales, de nada parecen valer las imágenes dantescas que parece que sirven más de anestesia que de revulsivo.
¿Cuántas muertes más podemos soportar?
A pesar de toda esta violencia y de toda la vulneración de derechos fundamentales, las familias de las personas desaparecidas y muertas por estas necropolíticas siguen organizándose a un lado y a otro de las fronteras para reclamar verdad, justicia y reparación. Así lo hicieron también los familiares de las víctimas de Tarajal, con toda la dignidad que el estado español les intentó arrebatar a base de archivos de la causa. Hoy queremos recordar cuál es el papel de la Justicia española en este reconocimiento, para entender que también forman parte de esta esta estrategia de control y muerte, sirva de ejemplo el tercer archivo de la Audiencia Provincial de
Cádiz del pasado 27 de julio, que señalaba que los Guardias Civiles investigados no cometieron delito alguno, es decir, se les absolvía sin juicio. Diversas ONGs, presentaron un Recurso de Casación al Tribunal Supremo, y este resolvió en 2022, que no cabía tal recurso, dando por concluida la investigación, sin exigencia de responsabilidades a los agentes policiales.
Ya son 9 años de injusticia, de impotencia y de vergüenza, 9 años que se suman a más de 3 décadas de muertes sin rostro, sepulturas sin nombre, víctimas sin justicia, frontera sin derechos.
No nos cansaremos de exigir que se investiguen y condenen a los agentes e instituciones culpables, que se reconozca y se repare esta memoria colectiva de necropolítica, para que por fin los familiares de cada una de estas personas puedan tener paz y consuelo.

No permitiremos que caigan en el olvido los nombres de quienes fueron abatidas por material antidisturbios en Tarajal, ni de tantas personas muertas bajo custodia del estado, en centros de internamiento, comisarías, centros de menores, en las fronteras o durante el tránsito hacia esta Europa Fortaleza. Señalamos a las instituciones que directa o indirectamente son responsables de la pérdida de sus vidas. Seguimos exigiendo la derogación de la ley de extranjería, las reformas de esta ley son parches diseñados al servicio de un sistema que sigue manteniendo
categorías de no ciudadanía. Reclamamos el cierre de los Centros de Internamiento: CIEs, CATEs, CETIs, aunque cambien las siglas no dejan de ser espacios vulneradores de derechos que nunca debieron existir.
Esta Europa nos avergüenza, es una Europa fortaleza que levanta muros y vallas para separarnos, una Europa que expolia, se abastece y expropia las riquezas del sur pero que impide el paso de todas aquellas personas a las que ha dejado sin recursos. Una Europa hipócrita que externaliza sus fronteras financiando a terceros para que custodien sus muros.
Frente a sus políticas de muerte: hacemos memoria, defendemos la vida y exigimos derechos.

 

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