Este ha sido el año del coronavirus para los medios, pero nosotros no queremos olvidar que las migraciones siguen siendo esenciales para entender el mundo en el que vivimos hoy en día.
Por eso queremos dedicar el ultimo reportaje del año, a ellos y ellas. A esas desobedientes, que recorren miles de kilómetros por tierra, mar y aire, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19.
Los efectos económicos de la covid-19, el cierre de fronteras por la pandemia y una ruta marítima más barata y menos vigilada han provocado que hayan llegado a Canarias miles de personas en busca de un futuro.
La ruta desde África hasta Canarias comenzó a reactivarse hace un año, aunque ha sido en 2020, en plena pandemia y con un flujo sin precedentes desde la crisis de los cayucos de 2006, cuando el polvorín de las islas ha estallado de lleno y el muelle de la vergüenza de Arguineguín se ha convertido en la imagen de un nuevo fracaso de la política migratoria del Gobierno y de la UE.