Canarias: El nuevo Lesbos del Atlántico
https://ekinklik.org/es/ultimas-coberturas/1149-#sigProId1ac71726c7
Este ha sido el año del coronavirus para los medios, pero nosotros no queremos olvidar que las migraciones siguen siendo esenciales para entender el mundo en el que vivimos hoy en día.
Por eso queremos dedicar el ultimo reportaje del año, a ellos y ellas. A esas desobedientes, que recorren miles de kilómetros por tierra, mar y aire, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19.
Los efectos económicos de la covid-19, el cierre de fronteras por la pandemia y una ruta marítima más barata y menos vigilada han provocado que hayan llegado a Canarias miles de personas en busca de un futuro.
La ruta desde África hasta Canarias comenzó a reactivarse hace un año, aunque ha sido en 2020, en plena pandemia y con un flujo sin precedentes desde la crisis de los cayucos de 2006, cuando el polvorín de las islas ha estallado de lleno y el muelle de la vergüenza de Arguineguín se ha convertido en la imagen de un nuevo fracaso de la política migratoria del Gobierno y de la UE.
https://ekinklik.org/es/ultimas-coberturas/1149-#sigProId1ac71726c7
Este ha sido el año del coronavirus para los medios, pero nosotros no queremos olvidar que las migraciones siguen siendo esenciales para entender el mundo en el que vivimos hoy en día.
Por eso queremos dedicar el ultimo reportaje del año, a ellos y ellas. A esas desobedientes, que recorren miles de kilómetros por tierra, mar y aire, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19.
Los efectos económicos de la covid-19, el cierre de fronteras por la pandemia y una ruta marítima más barata y menos vigilada han provocado que hayan llegado a Canarias miles de personas en busca de un futuro.
La ruta desde África hasta Canarias comenzó a reactivarse hace un año, aunque ha sido en 2020, en plena pandemia y con un flujo sin precedentes desde la crisis de los cayucos de 2006, cuando el polvorín de las islas ha estallado de lleno y el muelle de la vergüenza de Arguineguín se ha convertido en la imagen de un nuevo fracaso de la política migratoria del Gobierno y de la UE.
Con cerca de 20.000 llegadas en lo que va de año, las muertes y las desaparecidas podrían llegar a más de 1500. Para nosotros, no se trata de cifras sino de personas que han conseguido llegar o que han desaparecido detrás de las cuales hay historias de vida. Por mucho que sean usadas estas cifras para atacar, generar odio, inventar problemas y fortalecer los discursos racistas.
El 2015 supuso un punto de no retorno para la política migratoria de la Europa Fortaleza. La mal llamada crisis de los y las refugiadas exacerbó los conflictos internos que habían atravesado al continente durante años, y motivó una nueva estrategia basada en los "puntos calientes". Por supuesto, mucho más restrictiva, las personas migrantes se toparían con centros de control en determinados lugares de la frontera exterior europea, como Lesbos o Lampedusa.
Una estrategia de sacrificar un puñado de "puntos calientes", que se convierten en un parche, o mejor dicho: En muros, aunque el “problema” sigue allí, sólo que taponado y en campos hacinados a punto de estallar. Estos "puntos calientes" son los llamados muros de agua de la Europa Fortaleza.
Una política que es ahora aplicada ahora a Canarias.
El muelle de la verguenza de Arguineguín, se vacio tras casi cuatro meses después desde que se comenzara a usar con un trato inhumano constante a quienes, después de una peligrosa travesía, conseguían llegar con vida a las costas canarias.
Perpetuando, una vez más, una política que desprecia los derechos humanos de quienes intentan llegar o llegan a nuestro país, convirtiendo a Canarias en el epicentro de la Europa fortaleza marca España.
Entre sus costas y las nuestras tan sólo un mar que escupe cadáveres. El fondo de ese mar Atlántico entre Canarias y la costa del continente africano, es el fondo de la vergüenza de Europa. Como lo fue y sigue siendo el del Mediterráneo.
La gestión del gobierno de la crisis migratoria en las islas, al igual que hicieran antes Grecia e Italia, obedece a una política coherente con unas directrices europeas que apuntan a evitar la entrada de migrantes y privilegiar los mecanismos de expulsión.
El gobierno ha fijado así las líneas de su nueva política migratoria. La escasez de los tras-lados a la península obedece a una estrategia de bloqueo consciente, no a la falta de medios.
Convirtiendo a Gran Canaria en un nuevo "punto caliente" de la frontera exterior de la Europea Fortaleza, que absorbe personas migrantes pero no los distribuye ni por España ni por Europa. Quedan allí, hacinadas en campos que no dan abasto. Una situación bien conocida en las Islas griegas del egeo.
Este mensaje no se sale del guion que rige la Europa fortaleza en los últimos años: Por un lado, la deportación, del otro evitar las derivaciones a la península. De fondo una prioridad, evitar que las personas lleguen a Europa.
Vemos como las respuestas de los gobiernos se repiten, y como pudimos comprobar a principios de este año en la isla Griega de Samos, el discurso del odio y la criminalización de las personas migrantes cree día a día.
Y volvemos hacernos las mismas preguntas que nos hicimos entonces ¿Hasta cuándo vamos a hacer como que no va con nosotras? ¿Hasta cuándo vamos a darles la espalda?
Y podríamos añadir una pregunta mas ¿Cómo ha podido pasar esto en un gobierno de coalición en el que uno de los socios apostaba abiertamente por el cierre de los CIE y una política migratoria radicalmente distinta a la actual en su programa electoral de hace solo unos años?
Este reportaje no podríamos haberlo realizado sin la colaboración de muchas personas que nos brindaron su ayuda, Marife y flor que nos acogieron en su casa y nos facilitaron mucho nuestro trabajo. Para todas las gentes del espacio autogestionado café d´espacio, que nos hicieron sentir como en nuestra casa de la solidaridad Zabaldi.
Y no podemos olvidarnos de las verdaderas protagonistas, los y las desobedientes, que recorren el mundo.