Caravana Europea 2020
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La Karabana Mugak Zabalduz comienza, su cuarto año de actividad. Cada año esta Karabana se moviliza hasta un destino para señalar las diferentes violencias que atentan contra el derecho a migrar. Tras tres años consecutivos desplazándose hasta Melilla, Grecia y la frontera sur, en esta ocasión, debido a las restricciones relacionadas con la pandemia, se ha adaptado el formato y se realizarán acciones simultáneas en València, Bilbo e Italia.
En Euskal Herria, la normativa sanitaria ha provocado una fuerte reducción de la programación, por lo que la Karabana Mugak Zabalduz ha concentrado las acciones en dos días, hoy sábado 29 y mañana domingo 30.
Esta Karabana, en un contexto de pandemia, debería servir para concienciarnos sobre la vulnerabilidad a la que estamos expuestas en beneficio de las élites, y así alejarnos de discursos xenófobos, racistas. Se han cerrado los puertos, se ha suspendido el derecho de asilo en Grecia y Hungría, se ha producido un silencio mortal sobre las personas refugiadas en las fronteras exteriores y sobre las personas en tránsito en las fronteras internas. También sobre los y las invisibles que habitan en nuestras ciudades
Hoy la Karabana ha inaugurado un mural en Bermeo, y después ha realizado una marcha por esta localidad. Donde se han realizado varias intervenciones de personas con experiencias migratorias y se ha podido ver una exposición de fotografías realizadas en Serbia y Grecia. A la tarde, se ha trasladado a Barakaldo, donde se ha realizado una concentración delante de la empresa de fabricación de aeronaves militares ITP, Euskal Herria es uno de los territorios del estado que más armas produce y lo hace con el apoyo de Gobierno Vasco.
Despues la Karabana ha partido al mirador del puerto de Santurtzi, donde se ha realizado una concentracion para reivindicar los efectos de la industria armamentística que con base en Euskal Herría alimenta el negocio de las guerras en otras partes del mundo.
Hay que cambiar radicalmente las políticas antimigrantes de la UE y que se regularice con carácter urgente a todas las personas que viven y trabajan en condiciones inhumanas en nuestras ciudades y en el campo es una de las reivindicaciones que sonarán más alto estos días. No vamos a parar y a encerrarnos en un sistema contrario a la vida. ¡Vamos a poner las vidas en el centro!