Protesta Estudiantil en Valparaíso, Chile
https://ekinklik.org/es/ultimas-coberturas/145-#sigProId7561a3c59a
Tras la primera protesta estudiantil convocada por la CONFECH (Confederación de Estudiantes de Chile) para este 2012, no es muy difícil aventurar una primera y evidente conclusión: La estrategia comunicacional del gobierno de la derecha chilena ligada al segmento empresarial, ha sido nuevamente rebasada por el enorme capital político formado por las demandas estudiantiles que, aunque suene paradójico, sigue vitalizándose a pesar del aumento en los niveles de represión implementados por Carabineros de Chile en contra de los manifestantes (cuestión que ha sido corroborada incluso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el contexto de las demandas del movimiento regionalista de Aysen).
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Tras la primera protesta estudiantil convocada por la CONFECH (Confederación de Estudiantes de Chile) para este 2012, no es muy difícil aventurar una primera y evidente conclusión: La estrategia comunicacional del gobierno de la derecha chilena ligada al segmento empresarial, ha sido nuevamente rebasada por el enorme capital político formado por las demandas estudiantiles que, aunque suene paradójico, sigue vitalizándose a pesar del aumento en los niveles de represión implementados por Carabineros de Chile en contra de los manifestantes (cuestión que ha sido corroborada incluso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el contexto de las demandas del movimiento regionalista de Aysen).
Bien sabia el gobierno de Piñera que el "aparente aletargamiento" del movimiento estudiantil, no ha sido más que una breve pausa. Pausa que ha posibilitado la generación de un prospero debate dentro de las organizaciones y bases estudiantiles (y sociales) que –desde el ámbito secundario y universitario– han logrado proyectar programas y estrategias políticas que vuelven a actualizar la demanda por una educación sin lucro, gratuita y de calidad en beneficio de los sectores populares del país.
Ciertamente, el hecho de que más de 50.000 manifestantes hayan protestado en Santiago, y otros tantos miles lo hayan hecho en las distintas regiones del país (se estima que en Valparaíso se reunieron más de 7.000 personas), no sólo demuestra que los elevados niveles de aprobación obtenidos por el movimiento durante el año pasado (índice que se mantuvo constante en torno al 80%) sigue plenamente intacto. También revela que la breve pausa generada por el movimiento estudiantil no fue más que aquélla práctica en la que un cuerpo se contrae para coger un renovado impulso: enérgico, legitimo, certero y –así lo esperamos– rotundo en contra de la educación de mercado. Imágenes Cedidas.