GASTEIZ, FEMINISTOK PREST!!!
http://ekinklik.org/es/ultimas-coberturas/666-#sigProIdd395490f79
Vuestras violencias tendrán respuesta
En la actualidad resulta necesario y urgente replantear lo que entendemos por violencia, creando un marco que nos permita entender su complejidad y sus múltiples formas. La violencia machista no solo se materializa en los golpes y asesinatos; sino que es estructural y se asienta en un sistema que socializa a las mujeres en el miedo y naturaliza el cuerpo femenino como débil y el masculino como agresivo. La violencia machista no es una; sino un entramado de violencias que estructuran nuestra sociedad y que desde el feminismo tenemos la responsabilidad de visibilizar y combatir.
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Mientras las autoridades parecen muy preocupadas con la violencia de género, la realidad demuestra que a la vez se recorta en presupuestos en igualdad; ninguneando a los órganos institucionales encargados de prevenir, sensibilizar y coordinar los recursos para evitar la violencia machista. Los feminicidios no son daños colaterales que producen unos hombres enajenados; sino que se asientan en el núcleo de nuestras sociedades a través de la institucionalización de los géneros.
Amor como propiedad y celos y control como algo natural priorizan unas formas de relación violentas; y definen una normalizad que invisibiliza otros modelos. Todos los cuerpos y modelos que se escapen de esa norma sufrirán violencia machista. Agresiones a lesbianas, suicidios de adoslescentes transexuales y agresiones a cuerpos con diversidad funcional también es violencia machista.
La noche y las fiestas son un potencial espacio para la violencia. Con el pretexto de la nocturnidad, el alcohol y la permisividad, se multiplican las agresiones sexistas contra nosotras. Mientras que para unos las fiestas son espacios de ocio y desinhibición, para otras son lugares de agresiones, exclusión y trabajo.
La economía capitalista recorta en servicio sociales y se ensaña con las mujeres; encargándonos los trabajos sin prestigio y obligándonos a cuidar. Las mujeres migrantes, además, se enfrentan a situaciones de aislamiento y explotación laboral; cargando sobre ellas toda la herencia racista y colonialista de nuestra sociedad. Hoy, además, se están utilizando las agresiones sexuales para difundir medidas racistas; lo que manipula de lleno la dimensión del problema.
No somos víctimas ni pasivas, sino las protagonistas de nuestras vidas y las sujetas políticas que deciden incidir en la transformación social de nuestra realidad. Es hora de ir a la raíz del problema, de repartir compromisos y de hacer apuestas claras para combatir las violencias machistas y las relaciones de poder que subordinan a las mujeres. Sabemos cuáles son sus orígenes y estamos preparadas para combatirla.